jueves, octubre 07, 2010

Fragmentos de memoria...


"Cuando creo que la vida me sonríe,
Simplemente toma fuerzas para escupir"


La frase anterior, seria, porque no, uno de los encabezados de algún poema que describiría el andar de esta semana. Igual, como no he sido letrado en los menesteres de la poesía prefiero continuar con mi clásica forma de hablar.

Así pues, este amanecer era uno de aquellos en donde no quieres levantarte de tu cama y prefieres pasar un par de horas a solas con la caja boba y para que suene mas traumatico (y así obtener algo de drama) con J.Mario engalanando los programas vespertinos. se me hace gracioso que a pesar de las criticas, este rechoncho y poco agraciado personaje sea el "sex symbol" de las mas de casa.

Sin embargo, J.Mario no hace parte de los fragmentos de mi memoria, a diferencia de como si lo hacen otra serie de personajes y anécdotas. La primera de ellas (y no espero su burla) se compone de una profunda e irrisoria enfermedad que me dio de pequeño y que solo años atrás descubrí que era exclusiva de las vacas. Luego es conveniente describir que mis años de infancia fueron relativamente normales; salvo pues cunado mi padre me regalo un PSX; feliz época de la película del "pibe" y Nemesis. Creció pues este servidor en un mundo marcado por esas famosas canciones como el Baile del gorila (de Melody) y el Aserejé (de las Ketchup); es increíble pensar como vende la comida o acaso no existían grupos como Chocolate con su mayonesa y cosas semejantes (pensándolo bien ya se por que muchos tenemos unos kilos de mas; la maldita música).

Se nos dice también que la adolescencia es una de las etapas mas divertidas, dolorosas y de crecimiento del ser humano. Vil blasfemia, de divertida no tiene nada, en cambio de dolorosa lo tiene casi todo; porque mis apreciados lectores he descubierto tras un intenso estudio (y usandome como conejillo de Indias) que las personas que falsamente somos llamadas letradas, cultas, revolucionarias, inteligentes... (y los apelativos que se os ocurran) tenemos una vocacion, mas fuere que la adventista, para olvidar la felicidad con rapidez y acumular el odio con facilidad; sonara idiota, pero vosotros que sois mas letrados que este escritor descubriran, que la felicidad se nos escapa con agilidad increible y que los hechos dolorosos se quedan mas tiempo a nuestro lado.

Se viene tras la adolescencia, un periodo en el limbo, que es el universitario; digo que en el limbo, porque algunos te tratan de joven y otros de señor; es decir que eres un híbrido geronto-juvenil. Igual no podre expresarles en totalidad esta etapa de la vida puesto que apenas voy cursandola, aunque claro no esta mal advertir lo de siempre, encontraran idiotas, mentes maestras, amigos de verdad (como aquellos que conservamos del colegio), enemigos para la vida, mujeres interesantes y misteriosas (con las que podrán pasar amargas experiencias) y mujeres simples y leales que te darán un impulso a seguir adelante. Ahora bien queridos lectores, o como mi amigo Elessar (de paso les recomiendo su pagina) os llama Voyeuristas, les dejo que piensen un poco en los fragmentos de vuestra memoria.

Y como conclusión final, si J. Mario es parte de vuestros fragmentos, no tenéis porque preocuparos; el también tiene una historia y un presente, mas agraciado que el de otros. Como ya ni se en que pensareis sobre mi aquí os dejo una foto de este servidor:



2 comentarios:

  1. bueno señor o joven luis...ya no se como llamarlo.. esta pequeña anecdota, redaccion o escrito es verdad o mentira como dice el principio o es mescla de las dos para que suene ms creible y mas dramatico... es fin
    me encanto la redaccion, ps espero ver mas de esta agradable historia y ps es como divertida tu vida no?...
    luisitooo te quiero muchoooo muak!!!!

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  2. Estoy perturbado por el nombre de la página donde está alojada la imagen de Jota Mario... "La fiscalía" ¿hasta dónde ha llegado nuestro sistema judicial? Pero pasando a otros menesteres, es un sobrio resumen de una vida que a veces parece única y otras veces tan común y frívola, creo que varios de esos momentos son compartidos y puedo dar fe de esos sentimientos de aislamiento... En esta etapa que hemos cursado por separado he comprobado que aunque la soledad se pueda engañar con señuelos pendejos, luego del desengaño sigue estando ahí, así que mi querido Lunther, debemos ir acostumbrándonos.

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