Recuerdo que la transición entre el ateísmo (mi actual estado) y el catolicismo (mi sobrio pasado) se convirtió en un fenómeno paulatino y que de algún momento invadió no solo modo de pensar, sino de actuar frente a las situaciones mas comunes de la vida. Es lógico que cierta transición no se baso en la expontaneidad, sino en cientos de lecturas y operaciones matemáticas y como no la poderosa y siempre influyente televisión que para la época era feliz vendiendo el amor de los Teletubios y el analfabetismo de Barney, claro que no podía exigir mucho al respecto puesto que las noches existía un canal en el cual se demostraba rotundamente que el embarazo de Maria Virgen es una patraña casi tan certera como la existencia de un político honrado.
Si bien el cristianismo (y catolicismo, que al fin de cuentas son las mismas y dicharacheras pretensiones) llego a ser en cierto momento de mi niñez una vocación plausible y que bajo el ojo critico aun continua siéndolo; en especial por los coches, los lujos y los escándalos sexuales; seria contradictorio en mi posición y estilo de vida conseguir dinero en base al engaño y robo a los mas humildes, por ello y bajo conciencia de ser racional (y capitalista a la vez) seria mas útil unirme a la cienciologia, puesto que al fin de cuentas podría pedirle a Tom Cruise que me de a su esposa si quiere llegar a reencarnar en algún ente a vida futura.
Con lo anterior, es de entender que la sociedad, en especial la latinoamericana y como no decirlo con mayor ahincó la Colombiana se ha dictaminado a pensar en la forma mas útil de juzgar a quienes como yo, han dejado de un lado la fe, para adoptar la lógica y el racionalismo para sortear los problemas que acongojan a la humanidad, así pues ya no me es extraño escuchar cosas como: "Estas desviado del camino" o "Hable que Dios lo juzgara en la otra vida"; si bien podría exponer cientos de argumentos para demostrar que esto no es mas que un juicio falto de cordura y lleno mas de ferviente pasión; por ello explicarle a un cristiano (ortodoxo y fanático) que Dios es una ilusión mental y no apto para la solución de problemas, es casi como intentar cambiar de bando a un hincha del fútbol.
¿Pero?, porque elegir la razón y no quedarse en el intrascendente, perezoso y gozoso mundo de la religión, en donde basta tener fe y hacer cientos de plegarias (porque orar es algo completamente distinto) para que un viejito barbado se tire un pedo y cambie toda tu vida. La respuesta mas simple es la búsqueda de objetividad, de justicia y como no de razón, esto resume entonces que me es imposible compartir las ideas de un dios celoso y compensador a sus antojos, injusto para quienes no lo vean como el gran creador y sobre todo vago de pruebas para demostrar su existencia; porque claro y no lo niega nadie, en nuestro sentido mas humano preferimos castigar a quienes nos ultrajan a esperar "el famoso castigo divino"; porque en el mas allá no habremos de beber, puesto que el mas allá solo existe en los cuentos de Peter Pan que en resumidas cuentas es simplemente una forma de entretener críos, pero que solo le cambio la vida a Walt Disney que se vio lucrado tanto como Jose Yirion vendiendo sus posters anti-Disney.
No siendo mas felices noches y grandes razones, a todos los que se encierran a pensar por un momento.
Att: Lunther.
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