lunes, septiembre 19, 2011

Planes ministeriales

Aun recuerdo mis años pasados, por esas épocas de los doce o trece años en los cuales observaba (ademas de dragon ball Z y los verdaderos buenos capítulos de padres e hijos, como estabas de buena mi Samy adorada) la vocación religiosa como una opción de vida, bastaba entonces con rezar dos padres nuestros o una ave maría para sentirse complacido con el bagaje del diario vivir.

Aquellas épocas... aquellos anhelos... eran simplemente una bagatela de lo que ahora soy. Es entonces así, cuando me encuentro sobrepasando el umbral de los 20 que descubro tantas cosas, frustraciones, sueños y claro felicidades que te marcan; que te destruyen y te reaniman. Ahora bien, recuerdo leyendo a Fernando Gonzales diciéndole a aquella muchacha sus amores, sus caricias, de como le entregaba su vida en pequeños fragmentos de libro, hoy ya no leo a Fernando porque la muchacha de mis amores se ha ido, para siempre, tal vez al igual que se me han ido al soslayo de la vida tantos sueños... tantas vidas... tantos momentos.

Sin embargo, existe en mi un motor de vida, en el trasfondo de los sueños llamas de pasión emergen como quimeras y bailan en los sueños. Esta llama es sin duda el candor del éxito, el éxito vago y poco racional, que en realidad solo nos indica que tarde o temprano debemos morir. ¿Sera entonces que la muerte es un motor de vida?... podría ser que si, podría ser que no, sin embargo a que vamos... la muerte es muerte y siempre estará allí como un alivio para los dolores mundanos que nos acongojen día tras día.

Pero, a que viene remembrar la vida pasada y la muerte futura... la cosa es, que no suena descabellado tras pasar unos tantos años de vida, el hecho de pensar que una sotana podría salvar tu alma. Suena contradictorio que un ateo hable de ello, pero, es en este punto de inflexión nihilista cuando la religión cobra un sentido, pensar en vivir fuera del mundo bajo la protección de un ser metafísico que es en si bondad, suena tentador.

En mi pensar, tomar una sotana y contar historias fantásticas seria un simple acto de relajación, poder vivir en gracia y santidad por el simple hecho de cargar con un titulo que te impone una sociedad corrupta, es una muestra de absoluto poder; poder y santidad... suena tentador. Pero no la tomo por una razón simple, por vos muchacha (que bien hace recordar a Gonzales a estas horas de la noche) por tus ojos, por tus labios, por tu vida, por la razón impuesta en años de creer en mi, no los tomo por la sociedad descalza e impura (claro, que la nueva gestión del gobierno hace que los pobres ya no existan), por mis montañas, por la hiel amarga de la derrota, por la compañía de la soledad...

En fin, no tomo una sotana porque entonces la muerte no me cobijaría con ansias, porque no te podría desear con pasión muchacha... porque con la sotana no seria yo, seria otro, seria en suma, un tipo normal.

Att: Lunther.

PD: Mis condolencias a los nuevos ricos del país... en lo personal el señor Angelino Garzon tiene razón... en este país tan extraño los pobres son ricos y el que es rico... es también pobre. Ciudad de pobres, de pobres corazones como decía Fito.